Esta es la última loncha del año así que me gustaría agradecer a todas las fieles seguidoras de Sr: Tocino por sus lecturas, comentarios y bonitas palabras que dedican a mis relatos. He decidido dar unas vacaciones al cerdito y mandarle un un paraíso porcino lleno de barro y bellotas. Espero volver a encontrarme con él en Enero para darle pellizquitos en su jamones.

La bola-mundo-Pueblo Bellota iba dando botes en la mochila de Sonia, y la familia tocino agarrada a un árbol solo quería que parara ese molesto traqueteo. De pronto la música de fondo de los cascos de la niña se vio callada por un ajetreo de hablar humano y ruidos feos de coches. Habían llegado a la ciudad de Sonia. Era un sitio muy grande lleno de edificios altos, grises y similares los unos a los otros. Había mucho humo, polución y pocos espacios verdes para oxigenar la ciudad. La gente que paseaba con prisas y serias por las calles, también tenían un aspecto gris. La ropa de los escaparates era muy oscura incluso la de los niños y bebes. Sonia llenaba una bufanda roja y unos lazos de lunares en sus coletas, que provocaban miradas y desaprobación en la cara de los que se cruzaban en su camino. El trotar de la niña se convirtió en paso ligero, después en caminar y parada en seco. Habían llegado a su destino: La Casa de la abuela Flor. Una diminuta vivienda de estilo victoriano encajada entre dos bloques de pisos llenos de pequeñas ventanitas con su respectivas familias grises viviendo en ellos. La casa era un amor de colores miel, tostados y rosas palo y recordaba un poco a la casita de dulce que los hermanos Hansel y Gretel encontraron en el bosque. Sonia llamo al timbre con sonido de campañillas. En dos minutos una cara arrugada y amable le abrió la puerta y la abrazo tan fuerte que casi la parte en dos.
-¡Abuela Flor, que bien que estés en casa! Te traigo un regalo mágico, transparente y con habitantes rosas en su interior-comento la pizpireta criatura.
-Has tenido suerte pequeña, a tu abuelita le han expulsado temporalmente del club de poker porque un cascarrabias más gris que su corbata, me ha acusado de hacer trapas. Así que tengo todo el tiempo para mi nieta favorita y su tesoro. Entra que acabo de hacer chocolate con churros con sabor a flores.
Nada mas entrar en la casa , el olor a flores y chocolate entro por la nariz de Sonia y le guió hacia una salita llena de tapetes de ganchillo y figuritas de animales hechas de pasta de pan, horneados y pintados con sumo cuidado y cariño. Flor sirvió dos trazas de chocolate humeante y puso un plato lleno de churros de colores en el centro de la mesita.
-Cuidado que los churros queman mucho. Cada uno tiene aroma a una flor diferente, a ver si eres tan lista que los adivinas…Pero vamos a empezar por tu secreto, anda, enseñamelo.-reclamo impaciente la anciana.
Sonia rebuscó en la mochila y saco la bola de cristal. La dejo junto a los churros y fue corriendo a buscar una lupa para ver mejor su interior. Efectivamente Flor distinguió 5 criaturas que agitaban las patas y alas con vigor. Parecía que estaban hablado pero sus cataratas no la ayudaban a enfocar a la familia rosa. Sonia tenia medio churro de amapolas en la boca y un bigote de chocolate pero sin embargo podía hablar.
-Yo creo que deberíamos romper su prisión de cristal y adoptarlos como mascotas. Hace tiempo que te quedastes sin gatitos y creo que con estos cerditos seguro que lada día se llena de magia y aventura…Mmm..abuelita estos churros te han salido buenisimos. Mucho mejor que el puré de coliflor que me ponen en la escuela..
Flor miro a Sonia con dulzura le limpio el bigote con una servilleta , abrió un cajón de donde saco un martillo casa nueces. Al primer golpe no sucedió nada solo que la familia Tocino se refugio algo asustada en la escuela del pueblo. La abuela le dio mas fuerte y consiguió desquebrajar el cristal. A la tercera fue la vencida y la cúpula se rompió en 10 pedazos. Sr. Tocino y familia asomaron mas curiosos que asusstado su cabezitas por la ventana y vieron unos grandes ojos verdes que le inspiraban confianza. Sonia retiro su cabeza de la escuela cogió un churro rosa, lo mojo en chocolate y se lo acerco a la familia.
-Venga pequeños y preciosos buhos con colita de cerdo, mi abuela y yo os invitamos a merendar. Vuestros papas también estan invitados, por supuesto. Seguro que nunca habeis probado unos churros con sabor a margarita,¿ verdad?

——————————–Continuara en Enero de 2015, o eso espero………………………………………….

Para refrescar la memoria, aquí podéis leer las lonchas anteriror. Un besito fuerte y a seguir disfrutando de la fiestas en paz, amor y compañía.

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