Gracias por acercarte a desmesurar. El solo hecho de que dediques unos minutos de tu tiempo a leer este post, es un placer para mí. Especialmente si nos reunimos en lo de Ana María para conversar sobre blogueras….
¿Ya tenés noticia de las tribus blogger? ¿Te identificaste con alguna de ellas? Es que bien o mal…todas pertenecemos a una tribu. Si te estás sintiendo sola en la infinidad virtual del universo bloguero, date por enterada: en alguna parte de la nube, está tu alter ego bloguero compartiendo experiencias en forma de post. Porque es verdad que todas somos únicas y diferentes, pero no es menos cierto que hay rasgos que nos hermanan. Es así de simple: una bloguera, más que una bloguera es una hermana. De una hermandad pixelada que responde a la realidad alternativa del mundo virtual.

 

Podés ser un ama de casa con blog, una fashionista, una friky, una emprendedora o una desmesurada. Lo cierto es que cuando te encontrás con tus pares blogueras…la cosa va tomando otro color. Porque ellas son como vos y te entienden más y mejor que tu propia familia. Decime que las personas de tu entorno nunca te preguntaron:

 

«¿Qué escribís un blog? ¿Y eso con qué se come?»
Ponele los términos que quieras. La sustancia es la misma. Para quienes no escriben un blog, tener uno es una idea un tanto bizarra. Algo de adolescentes aburridas que le cuentan el mundo su rebeldía. Craso error. La blogosfera está llena de mujeres que comparten, se comunican y crean redes que mueven a la acción. Está llena de mujeres como vos. Y lo ideal sería que las encuentres y te relaciones con ellas.
Hoy, vamos a dedicarle el post a una tribu de blogueras entrañable que seguro conocés de cerca… Ellas son las que mueven los hilos del consumo en internet porque toda la economía doméstica pasa por sus manos. Hablemos de amas de casa. Hablemos de marujas. Pero no de cualquier maruja, sino de las que bloguean

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Soy una maruja. Y a mucha honra.

 

Habrase visto…una tiene cientos de cosas para hacer en el día y cuando cometés el despropósito de decir en voz alta que apenas te da el tiempo para actualizar tu blog, nunca falta el guarango que responda: “pero si vos no trabajás…”

 

En ese momento invocás a todos los dioses paganos que recordás mientras controlás los impulsos de estrujarle la garganta como una pasa al susodicho, atrevido que insinúa que porque no vas a una oficina de nueve a cinco no trabajás. Claro… porque ahora resulta que si una se queda en la casa cuidando a los hijos es una maruja. Una  “doña” como se dice en Uruguay. Ser “ama de casa”, no califica en el estatuto de tareas remuneradas y para colmo, parece que lo más enriquecedor que podés hacer de tus 24 horas de día es freír papas y mirar telenovelas.

 

Pretender imponer públicamente que sos un ama de casa bloguera, ya es de ciencia ficción.  Por eso, en mi otra vida, yo quiero ser una “stay at home blogger mom” que será lo mismo pero suena tan bien…Es lo que tienen los americanos. Son capaces de hacer sonar bien lo que un hispano parlante mira de reojo. O, de pronto llegó el momento de imponer una nueva categoría del discurso e ir por la vida proclamando a los cuatro vientos que uno es una maruja bloguera. Y a mucha honra.

 

24hs, 7 días de la semana.

 

Esta desmesurada no tiene el placer de haber sido un ama de casa más que durante el reposo obligatorio del embarazo. Y eso no cuenta, porque era una pausa no un estado. Además, en ese momento no escribía un blog, así que este post es fruto de la pura observación del mundo de las marujas blogueras. Supongo que es además una proyección de sana envidia, si es que existe esa emoción. Ellas son seres casi mitológicos capaces de disertar sobre el punto caramelo, el mejor mercado para comprar merluza o los siete tips infalibles para seducir a un marido cansado.

 

Veamos…no creo que nadie se anime a levantar la mano con total impudicia diciendo: “Acá, mirame. Yo soy una maruja bloguera”. Es tal la carga despectiva del término en una sociedad prejuiciosa que una termina sintiendo vergüenza de ser lo que es. Pues asuma, mujer. Y por si aún te quedan dudas, te paso el cuestionario de confirmación:

 

1- Tu trabajo es de 24 horas, 7 días a la semana con escasas escapadas al baño (espacio en el que tampoco lográs paz total). Ah! En los ratos libres, posteás.

 

2- Si vos no comprás papel higiénico nadie más lo hace (pero quejarse de su ausencia, se quejan todos). Y mientras vas de compras, aprovechás para sacar fotos del mercadito que vas a usar en el blog.

 

3- Sos la reina del ahorro familiar. Conocés todos los descuentos y si existiera en tu país algo similar al sistema de cupones…serías la diva de la cuponmanía. Mientras, contás en el blog los mejores trucos para ahorrar.

 

4- Tenés la misma ciencia para hablar de porotos en remojo que para la receta de una crema que previene las estrías. Y lo hacés en un blog con la maestría de las grandes: sin guardarte detalle. Porque una maruja bloguera es generosa al extremo con los detalles de la sabiduría popular.

 

5- Ponele que mirás alguna telenovela protagonizada por un turco o por alguien que se llama Aurora María y su co-protagonista Marco Antonio. Pero es un rato nada más… Además, de eso, no hablás en el blog.

 

6- Estás al tanto de las rupturas sentimentales de la farándula. No es que seas chismosa ni que te importe gran cosa cuánto dura quien con su novio…es que escuchás el sonido de los programas del corazón mientras cocinás.  Porque a esa hora no hay otra cosa…

 

7- Ponele que no andás en bata y ruleros como tus ancestras del clan pero el pantalón deportivo es tu amigo incondicional. ¡Qué sería de la condición marujística y blogera si una no pudiera postear cómodamente en joguineta!

 

8- ¿Sabés cómo se sacan las manchas de café de las camisas blancas? ¿Tenés un post sobre eso?
9- ¿Escribiste en tu blog sobre tu sueño de que los chinos inventen los autómatas que hacen las camas y limpian el inodoro? ¡Yo lo pensé! ¿Por qué será que nuestros amigos orientales se preocupan tanto por hacer pantallas anoréxicas y están descuidando la inteligencia artificial? Robots marujas para todas o para nadie. ¡Ya!
10- ¿Qué responden tus hijos cuando les preguntan qué hace su mamá? Si dicen “nada”, no lo dudes. Mandalos a un colegio pupilos. Si dicen “escribe un blog”, señora madre, usted tiene toda mi admiración.
 Si contestaste afirmativamente a más de cuatro de los ítems anteriores…entonces sos una maruja bloguera. Y tendrías que ponerlo en tus tarjetas de visita para que todos sepan que tenés blog y redes sociales.

 

¿Nos encontramos el próximo domingo?
Me estoy entrando de que, cuando andás de visita por la casa de una amiga bloguera, se deja el enlace a tu blog y tus redes sociales. Y yo que lo hacía por la torta de chocolate que me tiene prometida Ana María… En fin, si la desmesura no te ahuyenta, podés visitarme en La Desmesurada. Ahora ya me endulcé y te cuento que tengo otro blog para emprendedoras al cual sos bienvenida cuando quieras para intensionar, porque cuando llegue a las 2000 suscriptoras, yo también me transformo en una honrosa maruja bloguera. ¿Me ayudás?
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P.D. «Te mereces una torta y un chalet en la Costa Daurada (Tarragona). Así te tendría más cerquita para conocerte y felicitarte por tu arte. Tu desmesura es como de otro planeta. Un besazo. «
Ana María Almendro

 

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