Hace unos días buscando una foto en Pinterest para desear buenas noches a mis seguidores de facebook, me encontré esta bonita foto de la luna. Mirándola me surgió la necesidad de escribir. Aquí tenéis el resultado. A mi hijo le encanto mi cuento. Pero claro el no es objetivo en cuanto lo que se refiere a su madre.

 

 
Que pálida esta Blanca esta noche. El rubor de sus mejillas se esfumo. Las estrellas  tampoco están. En una noche tan oscura como el fondo de un océano,  nada bueno puede pasar. Ni el cielo mas tenebroso me quitara las ganas de pasearme. Ni una sola noche he fallado mi tarea. Bueno si, miento, hace años tuve un despiste que todavía no he conseguido superar.

Estoy orgullosa de mi trabajo. Soy la besadora oficial de la luna. Hasta que yo no le doy su beso de buenos amaneceres, no se va a la cama.

 

Hubo un día que por alguna razón que no recuerdo no me desperté a tiempo y la luna se encontró con el sol. Luna notaba cansancio, su reloj interior le pedí dormir pero ella , señora de habitos y costumbres fijas, seguía esperando su beso. El cielo se volvió claro y en el horizonte Sol se iba desperezando poco a poco como cuando los granos de una mazorca se transforman en palomitas calentitas. Luna estaba perpleja. Había oído hablar del astro rey pero nunca lo tuvo tan cerca. Ensimismada observaba como cada vez se hacia mas grande y se aproximaba a ella. Sol no parecía extrañado. La emoción se le escapaba en forma de rayos calentitos que hacían cosquillas a Luna.

 

-Que ganas tenia de conocerte. Había escuchado miles de leyendas sobre ti y ahora te tengo en frente. Que pena que nuestra unión tenga que ser corta. No podemos quedarnos juntos mas tiempo sino causaremos un gran desorden en el universo.

 

Entonces sucedió algo mágico. Sol beso a Luna y esta se ruborizo un poco por vergüenza pero bastante mas por calor. Cerro los ojos y emprendió camino a su lecho arrastrándose lentamente como una oruga por el cielo.
Sol nunca supo que su fugaz encuentro con Luna fue por mi culpa. En el fondo creo que fue una suerte para ambos conocerse y desde aquel encuentro Luna nunca perdió sus mofletes sonrojados. Nunca hasta la noche de hoy.

 

Yo tengo mi propia teoría. Luna tuvo un flechazo con Sol y cayó perdidamente enamorada de el. Cada noche tenia la esperanza de volver a verle y paciente espero noche tras noche a su amado. Pero Sol nunca volvió a visitar a su enamorada y Luna fue poco a poco perdiendo su ilusión a la vez que el rubor que le provoco Sol.

 

Así que a partir de hoy tengo doble trabajo. Besar a Luna cada noche e intentar que recupere sus colores. Para esto ultimo creo que me vendría bien un poco de ayuda infantil. Si , tu ayuda. La ayuda de todos los niños que están escuchando o leyendo este cuento. Os pido que todas las noches antes de acostaros, miréis por la ventana buscando a Luna y con un lápiz de color rojo, le dibujéis los mofletes colorados. No pasa nada si alguna noche os olvidáis de vuestra misión, como me paso a mi, seguro que hay otro niño en otra ventana de otra ciudad que os echa una mano. Entre todos conseguiremos devolver el rubor a  Luna.

 

Muy buenas noches y felices sueños.
Este cuento participa en el carnaval Lunes de Sueños de Piruleta Infinita que se publica cada lunes donde tenemos que escribir un cuento usando tres palabras: oruga, mazorca y océano son las palabrejas de esta semana.
Y no olvidéis que la manera más fácil de no perderos nada de Frikymama, es dando click al cartelito rosa y recibir cada domingo un resumen semanal y un friky regalito para agradecer vuestra fidelidad.
¿Te ha sido de utilidad el artículo?
(Votos: 0 Promedio: 0)

Pin It on Pinterest