“Mi nombre es Paula. No me leas apurada. Tomate tu tiempo. Quiero contarte por qué a veces siento que nada de lo que intente puede ayudarme. Aunque me esfuerce por negarlo, la realidad me atropella. No quiero cambiar: soy bloguera”.

 

Justo cuando pensabas que llegaba el dato inconfesable… Lamento decepcionarte. No tengo una historia de esas que se cuentan en voz baja. Soy una madre desmesurada que hace un rato juega a postear en internet. Pero también soy una observadora atenta del mundo que me rodea. Y llevo años mirando de refilón el universo de los blogs y la fauna que lo habita…Habitamos, en sentido estricto, porque como inquilina Blogger tengo uno que otro derecho de piso.

¿Sabés lo que pasa cuando te transformás en una observadora?  La mirada pierde el rigor automático y empezás a descubrir los detalles. De pronto se hacen visibles las recurrencias y las contradicciones. Percibís los márgenes y un día, sin darte cuenta, tenés visión panorámica. Si hace años que estás transitando el camino de la blogerización, habrás notado que las blogueras tendemos a apiñarnos y construir lazos de colaboración en un medio hostil, tradicionalmente reservado a los hombres y las empresas. Si internet es una jungla…nosotras formamos tribus. Lo hacemos espontáneamente porque bloguear surge del deseo de expresar y pertenecer. Acompañame, recorramos juntas el lado salvaje de la comunidad bloguera.

Descubrí tu tribu.

Te juro que Lévi-Strauss no estaba preparado para esto. El hombre que se adentró en el Amazonas profundo, picado por mosquitos de todos los colores y tamaños, enfrentándose a diluvios tropicales y grupos humanos ajenos a la civilización… colapsaría de pasmo leyendo un blog pro. Es que los Bororo son un poroto cuando te parás a mirar detenidamente la blogosfera. Hay que ver la de mujeres que se congregan en torno a la idea bizarra de escribir un diario personal en la nube para contarle al mundo cómo les crece el cactus….

 

¿Cómo? ¿No sabés de qué estoy escribiendo? ¡Si las conocés a todas! Pensalo un segundo… ¿Viste? Están ahí, por todos lados. Te acompañan mientras tomás el desayuno porque tienen copadas las redes sociales.  Te tratan como a una amiga de toda la vida contándote con el mismo desparpajo la historia de su puerperio que la última novela que leyeron.

 

Algunas son hedonistas, no llevan agenda ni calendario y publican por el mero placer de comunicar. Otras son pro, lograron hacer de su blog un negocio rentable y lo mismo te venden pixeles de publicidad que una crema anti-celulítica para que enfrentes la “operación bikini” con la esperanza de suavizar pozos y otras asperezas. Son mujeres reales que arañan el tiempo para escribir un post en el rato que les queda entre la cena y las buenas noches. Viven en una oda al nunca bien ponderado “multitasking” y después de las ocho horas cocinan, restauran, cosen, toman fotografías y si les queda tiempo, te preparan una infografía para posicionar el blog.  ¿Te suena familiar? Bienvenida al mundo de las blogueras, te las presento para que voz decidas cuál es tu tribu. Advierto a la comunidad que cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.

 

7 tribus del mundo bloguero.

Si ya te preparaste para la descripción y no tenés un espíritu sensible a la crítica, buscate entre los siete tipos de blogueras que vienen a continuación. Casi seguro, te encontrás. Y si no, siempre podés escribir un comentario contándome de quién me olvidé.

 

1- Las amas de casa: las reinas de los consejos para el hogar y la crianza. Lo mismo te preparan un guiso de lentejas que te cambian el cuerito de la canilla y mientras tanto, sacan fotos de todo el proceso, paso a paso, para que vos sigas atentamente las fortunas y adversidades de ser una “stay at home mom”.

 

2- Las fashionistas: ellas sí que son espléndidas. Se visten con la tela de una cortina y les queda genial. Tienen fotos propias desde todos los ángulos con un aire casual de “ni me entero que tenés una cámara” digno de  una diva. En el fondo, todas sueñan con ser descubiertas por las marcas y que les regalen todo trapo que se ponen encima. ¿Quién no?
 

 

3- Las mamás blogueras: por qué vamos a negarlo…son mis preferidas. Escriben sin ruborizarse sobre deposiciones líquidas y pezoneras con la misma naturalidad  con la cual comparten las trescientas fotos de sus vacaciones familiares. Es uno de los grupos más variados y concurridos de la blogosfera porque, digamos la verdad, no todas las madres son iguales: desde la crafter a la freelancer, la mayoría se divierte compartiendo porque encontraron en su blog un espacio para ser ellas mismas.

 

4- Las friky: apasionadas de la tecnología y los recursos virtuales, las friky escriben en sus blog consejos sobre el universo 2.0 con el mismo entusiasmo con el que una mamá bloguera te cuenta los primeros pasos de su bebé. Ellas saben sobre siglas místicas y códigos fuente. Conocen todos los atajos del teclado y no creen que CSS es el servicio secreto de algún país que empieza con C (ponele Colombia o Canadá) Juro que al principio, yo estaba convencida de que era algo así…

 

5- Las hípercute: devotas del kistch, son las que adornan su blog con toda la variedad de ilustraciones Kawaii y te invitan a un recorrido bloguero edulcorado hasta la diabetes que es una fusión del universo de los ositos cariñosos y las pony de Discovery kids: surcado de estrellitas de colores y gifts animados con música de fondo. Tienen gatitos con ojos tristes, rosas rojo nuclear y monstruos “come-comentarios” en la barra lateral.  Su blog es un paseo psicodélico, ponete lentes oscuros, porque brillan.
 

 

6- Las freelancers: mujeres que decidieron que las ocho horas por dos pesos no eran una posibilidad en su vida y se lanzaron de lleno al mundo de emprender en internet. Están dispuestas a demostrar que se puede vivir sin un jefe y te hacen tal mística de la vida autónoma con tal convencimiento que después de leer uno de sus post tenés la sensación de que no se puede hacer otra cosa que tener un blog. Vienen en distintos formatos, no creas: las marketers, las coach, las diseñadoras y las meta-blogueras, que hicieron de la personalización de blogs un negocio de miedo. A mí, no me mires… no soy freelancer. Yo desmesurada.

 

7- Las desmesuradas: las desmesuradas somos una tribu particular. Perfeccionistas a rabiar, vivimos la vida al borde del TOC y nos obsesionamos con la imperiosa necesidad de “aprender cómo se hace”. Nos mata el atrevimiento y la caradura porque nos aminamos a todo –o casi todo- y nuestro blog es un reflejo de los cientos de intereses que nos cruzan la cabeza. ¿Te quedaste alguna noche despierta para terminar un post o para hacer un cambio en tu plantilla? Entonces, te invito a mi tribu. Sumate a las desmesuradas.

 

Como comprenderas, las tribus no son del todo puras…Podés ser un ama de casa craftera, una desmesurada con intenciones DIY o una friky-mama. Pero no te apures en definiciones. Tenemos unos cuantos domingos por delante para detenernos en la fauna que puebla blogger y recién estamos en el comienzo. Este es un espacio desmesurado. ¿Te sumás?
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¿Qué os ha parecido el aperitivo de Paula? Yo estoy encantada con esta nueva Invitada con estrella a la que tuve el morro de pedir que me visitará cada domingo. Su forma de relatar y desmenuzar el mundo blogger es brillante y original. Si queréis comprobarlo por vosotros mismos, no dudéis en visitar su blog y disfrutar de sus desmesuras.

 

 

 

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